Que es el duelo
EL duelo es un proceso que todas las personas vivimos de forma natural y esperable tras una pérdida, ausencia, o abandono. Es una experiencia única, personal, dinámica, cambiante donde también tiene un papel importante la cultura a la que pertenecemos. Esto implica que el duelo no sigue
unas reglas universales.
Se considera que el duelo tiene distintas fases. Cada persona vive el orden, intensidad de las fases de una manera distinta. Como hemos dicho anteriormente, cada proceso es único y una persona puede transitar por distintas fases a la vez, mientras que otra, vivir primero la negación, y luego la tristeza y la ira en a la vez.
Las fases del duelo son las siguientes:
PRIMERA FASE: CHOQUE O NEGACIÓN
SEGUNDA FASE: CONCIENCIA DE LA PERDIDA. ETAPA DE LA RABIA
TERCERA FASE: ETAPA DE NEGOCIACIÓN
CUARTA FASE: DEPRESIÓN
QUINTA FASE: ACEPTACIÓN
Primera Fase: Choque o negación
La primera fase es una respuesta natural sobre todo en pérdidas repentinas o inesperadas. Las personas sienten estupefacción, ansiedad, confusión, negación ante lo sucedido, incluso sentir que están viviendo un sueño. Suelen ser normales los pensamientos como: “no puede ser verdad”, “cómo ha podido ser”, “no es justo”…
Algunas personas se pueden bloquear, pudiendo no sentir lo que se supone que se tiene que sentir. Esto genera mucha culpa, a pesar, de que al principio es una reacción habitual.
La negación o choque es la forma que nuestro del cerebro tiene de comunicarnos que no estamos preparados para despedirnos, es para ayudarnos a amortiguar el dolor, hasta que estemos listos para afrontar el duelo.
Segunda Fase: Conciencia de la pérdida. Etapa de la rabia
En esta etapa, las personas sienten con gran intensidad la rabia, ira, frustración, impotencia, junto con la pregunta ¿por qué? Puede ser habitual, tener la sensación de “perder la cabeza”, y/o estallidos de ira, al tener tanta carga emocional.
Otras personas, sin embargo, evitan sentir el dolor pensando “es ley de vida”, “todo debe continuar”. Esto puede tener una trampa, ya que, al estar bloqueando las emociones, impidiendo el llanto o la experiencia de emociones desagradables, puede influir en realizar un duelo adecuado.
Tercera Fase: Etapa de Negociación
Es una etapa breve, donde se fantasea con revertir la situación, buscando estrategias para revertir la situación. Por ejemplo, quienes han tenido una ruptura de pareja y comienzan a comportarse de otra manera para recuperar la relación cuando no existe esa posibilidad.
Cuarta Fase: Depresión
Esta etapa es delicada porque aparecen síntomas muy similares a la depresión, y si no se supera de forma adecuada puede generar problemas en la salud mental.
Las personas sienten una tristeza profunda, sensación de vacío, agotamiento, se aíslan socialmente, pueden sentir mucha culpa ya que se cuestionan si han hecho lo suficiente o tendrían que haber hecho algo distinto.
El sistema de creencias cambia, sienten incertidumbre hacia el futuro. Hay personas que pueden pensar que “no seré feliz nunca”, “la vida es una mierda, “esto no acabará nunca”…
Pasar por esta etapa es fundamental para volver a reconstruirse.
Quinta Fase: Aceptación
Es la última fase del duelo. Para llegar a este punto se ha pasado por un gran trabajo emocional, lo cual no significa que sea fácil. Tras transitar por distintas emociones intensas de forma necesaria, llega la aceptación de dicha pérdida, y la compresión de que las pérdidas son fenómenos naturales de la vida. El doliente transforma su visión de la realidad, adapta su comportamiento en función del impacto emocional, y comienza una nueva vida. Las personas aprenden a vivir con esta pérdida.
Duelo Patológico
Normalmente, los duelos se afrontan con el paso del tiempo y las personas continúan con sus vidas. Aunque hay ocasiones que no se elaboran de forma adecuada los duelos, produciéndose un duelo patológico. Esto puede pasar porque se alarga mucho en el tiempo y/o por nuestras propias circunstancias personales.
Por ello, es adecuado, pedir ayuda profesional para que nos ayude a identificar si es un duelo complicado y gestionarlo de forma adaptada a cada caso.