La vuelta al trabajo después de un merecido descanso puede ser un trago amargo. Si al regresar sientes tristeza, apatía y cansancio, no estás solo. Lo que popularmente se conoce como Depresión Postvacacional es una reacción de estrés y adaptación muy común que, aunque incómoda, tiene solución.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
Más que una depresión clínica, es un síndrome de adaptación. Durante las vacaciones, nuestro cerebro se acostumbra a un ritmo más lento, sin horarios ni presiones. La vuelta a la rutina de repente supone un choque, un cambio drástico que genera estrés y ansiedad.
Es como un «jet lag social»: pasamos de un estado de relajación y placer a otro de obligaciones y responsabilidades. Por suerte, en la mayoría de los casos, este malestar es temporal y desaparece en una o dos semanas.
Síntomas más comunes: ¿te sientes identificado?
Los síntomas varían en cada persona, pero suelen ser:
- Emocionales: tristeza, irritabilidad, falta de motivación y una sensación de apatía general.
- Físicos: cansancio persistente, dificultad para dormir o insomnio, problemas de concentración y, a veces, dolores de cabeza molestias digestivas.
- 5 claves para superar la vuelta a la rutina
Recuperar el equilibrio es posible si te lo tomas con calma y sigues estos consejos:
- Regresa con tiempo. Si puedes, vuelve a casa 2 o 3 días antes de empezar a trabajar. Esto te dará un margen para deshacer maletas, hacer la compra y, sobre todo, para ir retomando tus horarios de sueño de forma gradual.
- No te exijas demasiado. Los primeros días no intentes ser un superhéroe en el trabajo. Organiza tus tareas de forma realista, prioriza lo más importante y ve poco a poco. Empieza con proyectos sencillos para recuperar el ritmo sin agobios.
- Mantén vivo el espíritu de las vacaciones. No abandones de golpe las actividades de ocio. Dedica tiempo a tus hobbies, sal a cenar con amigos o planifica una escapada de fin de semana para tener algo que esperar con ilusión.
- Cuida tu cuerpo. El ejercicio físico es un gran aliado contra el estrés. Sal a caminar, a correr o ve al gimnasio. Además, una alimentación equilibrada y un buen descanso son fundamentales para recuperar la energía.
- Acepta tus emociones. Es normal sentir melancolía al pensar en los días de descanso. Permítete sentirlo, pero no dejes que la tristeza te paralice. Recuerda que la rutina también tiene cosas buenas: reencontrarte con tus compañeros, volver a tus actividades favoritas o simplemente disfrutar de la comodidad de tu hogar.
- ¿Cuándo es el momento de buscar ayuda?
- Si el malestar se prolonga durante más de dos semanas, si los síntomas se intensifican o si sientes que no puedes controlar la situación, es recomendable hablar con un profesional de la salud mental. En estos casos, lo que empezó como estrés postvacacional podría ser un síntoma de un problema más profundo, como ansiedad o depresión.
- La vuelta a la rutina no tiene tiene por qué ser una pesadilla. Con un poco de planificación y autocuidado, puedes hacer que la transición sea mucho más llevadera.

